Actualmente, y más con la introducción de normativas de emisiones cada vez más exigentes, resulta harto complicado hablar de los filtros de partículas de los diésel sin hacer referencia a todos los elementos que integran los sistemas anticontaminación de un motor diésel. En cualquier caso vamos a centrarnos en un elemento muy concreto, en los filtros de partículas, que son uno de los componentes que más quebraderos de cabeza han dado en los últimos años a los propietarios de un diésel, y que son una de las razones por las cuales hemos llegado a recomendar la valoración de pros y contras en la elección de un diésel a aquellos que estuvieran pensando en un coche para la ciudad. ¿Por qué son tan problemáticos los filtros de partículas de los diésel? ¿Cómo podemos evitar averías?
En pocas palabras, así funciona un filtro de partículas
Sin entrar en más detalle que el necesario para entender el resto del artículo, os explicaremos muy brevemente qué es un filtro de partículas. Los filtros de partículas de los diésel son sumamente importantes para los países en los que los diésel son muy comunes, y gracias a ellos evitamos en nuestras ciudades problemas de contaminación mucho más graves que los que han estado en boca de todos en los últimos meses. Aunque sea una descripción nada rigurosa, incluso infantil, imaginad que un filtro de partículas es una esponja en la que queda atrapado el hollín, y partículas que pueden incluir desde sulfuro, e hidrocarburos, hasta metales pesados y sus compuestos. Si esas partículas no fueran atrapadas por el filtro acabarían en la atmósfera, sobre el asfalto de nuestras calles, arrastradas por el aire, y en última instancia las respiraríamos y acabarían siendo atrapadas por nuestros pulmones.
Ahora entenderéis por qué es tan importante esa «esponja», pero también comenzaréis a