La locura por las tierras raras para fabricar los motores y las baterías de los coches eléctricos se hizo oficial cuando China amenazó con usarlas como arma arrojadiza en la guerra comercial que mantiene con Estados Unidos. Más aún cuando Donald Trump expresó su idea de comprar Groenlandia por las enormes reservas que alberga de estos minerales.
Según Reuters, el Departamento de Defensa de Estados Unidos está en conversaciones con Australia para ubicar allí una instalación que procese minerales de tierras raras y aliviar su dependencia con China.
El Pentágono, preocupado
Estados Unidos ve a Australia como el mejor socio para abrir plantas de procesamiento de tierras raras; allí se encuentra una de las mayores minas a nivel mundial, Lynas Corp, el mayor productor fuera de China (pero procesa en Malasia). Y es que el mayor desafío no es la extracción, sino el procesamiento.
«Estamos preocupados por cualquier fragilidad en la cadena de suministro y especialmente cuando un adversario lo controla», ha dicho la subsecretaria de defensa del Pentágono, Ellen Lord.
Según un informe del Pentágono, «China representa un riesgo significativo y creciente para el suministro de materiales y tecnologías considerados estratégicos y críticos para la seguridad nacional de los Estados Unidos; un desafío compartido por aliados clave como Alemania y Australia».
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Estados Unidos también ha mantenido conversaciones para iniciar proyectos en África y Canadá, pues el suministro de estos ‘ingredientes’ clave es vital para muchos sectores, no solo el de