Ésta es una duda que le asalta a muchos conductores españoles mientras circulan por ellas. En la mayoría de las ocasiones es difícil notar la diferencia entre una autopista y una autovía. Al menos si no se saben los requisitos que tienen que tener las dos, su historia y la legislación vigente.
Lo que hay que tener claro es que ambas son Vías de Gran Capacidad a ojos de la administración. Por eso tienen muchos puntos en común, sobre todo de cara al usuario. Además, ni siquiera es concluyente el típico método de diferenciarlas porque unas son de pago y las otras gratuitas, ya que esto no es verdad en muchas ocasiones.
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Qué tienen en común
Tienen dos calzadas separadas, cada una para un sentido de marcha
también disponen de dos o más carriles para cada sentido
ninguna de las dos tienen cruces o cualquier otro tipo de intersección al mismo nivel
tampoco cuentan con semáforos o rotondas que interrumpan o ralenticen su circulación
la velocidad máxima es de 120 km/h y la mínima de 60 km/h. Esto último, siempre que las condiciones del tráfico lo permitan
ambas pueden funcionar también como circunvalaciones o accesos a las ciudades.
Cómo son las autopistas
Según la Ley 37/2015 de carreteras de 29 de septiembre, los requisitos para que sea una autopista son:
sin accesos a y desde las propiedades colindantes
que ni sean cruzadas ni crucen ninguna otra vía de comunicación o servidumbre de paso
que tengan distintas calzadas para cada sentido de circulación, separadas entre sí por una franja de terreno no destinada a la circulación o, en casos excepcionales, por otros medios. Solo podrán prescindir de estas medidas de separación en puntos singulares o de forma temporal
una autopista es de concesión a empresas privadas
pueden ser de pago o gratuitas. Lo que requiere dos matizaciones:
las de pago pueden ser con peajes que tendrá que