Los agentes de aduana de Australia se han llevado una buena sorpresa cuando se disponían a revisar una partida de 900 Mercedes de varios modelos y características y con destino a los distintos concesionarios de la marca en el país. Y es que, gracias a la detección de un olor extraño en los contenedores donde se transportaban los vehículos, procedieron a revisarlo y lo que encontraron provocó que la partida entera fuera puesta en cuarentena y preparada para su repatriación a Bélgica, de donde proceden.
El responsable ha sido un caracol. O, más bien, una buena cantidad de «Xerolenta obvia», una especie de caracol que es bastante común en Estados Unidos, Canadá y el sudeste de Europa. Para Australia, en cambio, supone una grave amenaza, ya que no existe en el país y de extenderse puede traer serios problemas a los cultivos y en la fauna local.
No es la primera vez que sucede. Basta con recordar cómo entraron los conejos en Australia en el siglo XIX, llevados por un colono para criarlos en granjas. Su nivel de reproducción provocó que se convirtiera en una plaga que aún hoy trae de cabeza al gobierno australiano. Para evitar este tipo de problemas, el control de plantas y fauna en las aduanas es muy estricto.
Así que, tras detectar el problema, los 900 Mercedes han quedado almacenados en cuarentena en los puertos donde han llegado, Victoria, Queensland, Nueva Gales del Sur y Australia Occidental, donde han llegado repartidos en cinco lotes diferentes. Se encuentran almacenados en una zona aislada, en contenedores especialmente habilitados para que no contaminen a los barcos que realizan transportes de vehículos.
En un comunicado se asegura que el gobierno australiano está colaborando con Mercedes para encontrar una solución a este problema, localizar la fuente de la infestación de los coches y evitar males mayores. El coste de este problema no es bajo, ya que el total de los coches asciende a 45 millones de euros.
Este problema ha trascendido, pero no es el único caso detectado. Entre 2018 y 2019 se ha triplicado el número de coches devueltos por las autoridades aduaneras por contaminación biológica. Muchos coches se han devuelto a China, Japón y Taiwán por la presencia de chinches, otro animal que no tiene cabida en Australia, y, la verdad, tampoco en los asientos de un coche, ¿verdad?