Hace unos meses Ford anunció que ya solo vendería SUV y pick-ups (dos tipos de carrocería que suelen ir de la mano en Estados Unidos) en el mercado norteamericano, siendo el Ford Mustang la excepción. De hecho, en la gama estadounidense solo quedan el Ford Fiesta y el Ford Fusion (Mondeo, en Europa) como turismos. Y no tendrán sustitutos. Al fin y al cabo, fabrican y venden solo lo que compra la gente. El mercado manda.
Shelby, que se ha convertido con el tiempo como el preparador casi oficial de Ford, también ha visto ese cambio en las preferencias de los clientes hacia los SUV y las pick-ups. Así, vende más pick-ups F-150 preparados que Mustang.
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La compañía no acostumbra a publicar cifras de ventas anuales, pero Jonathan Marsh, portavoz de la compañía, explicó a Autoblog que aproximadamente cada año venden unos 300 modelos sobre la base del Mustang y unos 750 sobre la base de la pick-up F-150.
De hecho, la demanda de F-150 ha superado la capacidad de producción de Shelby y ha tenido que subcontratar una parte de la producción de esas pick-ups a un taller llamado Tuscany, en Elkhart, Indiana.
Estas cifras no incluyen los modelos que Shelby modifica cada año y que aporta un cliente privado, los coches fabricados y vendidos en mercados extranjeros, o el GT350 y el GT500 de cuya producción se encarga la propia Ford, bajo licencia de Shelby, en