El exceso de velocidad es una de las principales lacras de la circulación a la que más recursos y esfuerzos destina la DGT para reducir la siniestralidad en las carreteras españolas. En la actualidad, hay un total de 736 dispositivos de control de la DGT entre fijos y de tramo de diferentes tipos, y otras 1.325 ubicaciones suceptibles de estar controladas por radares móviles, amén de la labor desempeñada por Pegasus o los drones que sobrevuelan las vías.
Sin embargo, a estos hay que sumar los radares pedagógicos, el otro ‘arma’ inocua de Tráfico para mantener a raya a los conductores que hunden el pedal derecho más de la cuenta alertando in situ de la infracción, pero sin tramitar sanción alguna. El último artilugio de estas características, pero un tanto más peculiar, es un cinemómetro instalado en Benidorm (Alicante) que emplea emoticonos para concienciar a los conductores que sobrepasan el límite de velocidad establecido.
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Ubicado por el Ayuntamiento de la ciudad en la avenida Vicente Pérez Devesa, este dispositivo meramente informativo refleja la velocidad a la que están circulando realmente los vehículos por esa vía urbana, limitada a 30 km/hora, pero con una diferencia respecto a la mayoría de los radares educativos: «Muestra un icono luminoso de una cara sonriente cuando se circula a la velocidad adecuada, y una cara de tristeza cuando se conduce más rápido de lo permitido».
Así lo explica el concejal del área de Movilidad