Barcelona, que ha sido un año más la ciudad española más atascada, quiere reducir la siniestralidad en sus calles y, como la DGT, considera que una de las mejores medicinas es la de combatir el exceso de velocidad. Así, el Ayuntamiento de la Ciudad Condal ha confirmado que instalará 20 nuevos radares fijos en vías donde los automovilistas suelen pasarse pisando el acelerador.
Como recoge La Vanguardia, se trata de las calles del Eixample, donde, según el Ayuntamiento, por aprovechar los semáforos en verde, los automovilistas hunden el pie más de cuenta convirtiéndose en «autopistas urbanas» en las que se supera habitualmente el límite de 50 km/h. En concreto, los nuevos dispositivos de control de velocidad se ubicarán en las calles de Gran Vía, Aragó, Balmes, València y Urgell.
Pero combatir la velocidad también pasa por reducir el límite máximo en las calles de la capital catalana: la semana pasada, el consistorio presentó su programa ‘Barcelona, ciudad 30’ y que pretende poner en marcha este mes de febrero.
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Límites de 20 km/h y 30 km/h en ciudad: una reflexión más allá de los titulares superlativos
Así, según publica El Periódico, el Ayuntamiento fijará primeramente el límite a 30 km/h en todas las vías de la denominada red secundaria, que soportan un número más reducido de vehículos, para después ampliarlo en una segunda fase, ya en 2021, incluyendo calles como la Via Laietana, Torras i Bages, Diputació, Travessera de Gràcia o Consell de Cent. Actualmente, un 52,3 % de las calles de Barcelona ya