Desde que nació, el Renault Megane se ha convertido en la gallina de los huevos de oro para la firma gala. Gracias a que milita en el segmento compacto, han podido mejorar su presencia en mercados donde no tenían una gran cuota de mercado. Además, el lanzamiento de las versiones deportivas RS y RS Trophy ha supuesto un espaldarazo a las operaciones deportivas de la firma. Todo ello, se ve mejorado ahora que recibe un sutil restyling.
La actual generación del Renault Megane llegó a nuestras vidas en el año 2016. Respecto a su predecesor supuso un gran paso adelante, sobre todo en materia de seguridad e infotainment. El problema, es que pesos pesados de la talla del Volkswagen Golf o Seat Leon se han actualizado recientemente. Por tanto, era hora de que pasara por quirófano y ofreciera lo mejor que la casa del rombo tiene, versión híbrida enchufable incluida.
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El Renault Megane evoluciona manteniendo su esencia
El cambio más evidente en la estética del renovado Renault Megane está en el frontal. Ahora, los grupos ópticos que se tornan más estilizados incluyen función Full LED de serie. La parrilla mantiene su formato, aunque las rejillas cambian ligeramente al igual que las tomas de aire. El paragolpes también evoluciona, incluyendo ópticas anti niebla con tecnología LED. Dependiendo de la versión elegida, recibe apliques terminados en cromo.
La vista lateral es la que menos cambios recibe. Aquí, las líneas de diseño se mantienen inalteradas a excepción de una zona. Hablamos de las llantas de aleación, que van desde las 16 a las 18 pulgadas. Además, hay nuevos tonos para vestir la carrocería, denominados Highland Grey, Baltic Gray y Solar Copper. En conjunto, parece más elegante que ahora, sobre todo en las terminaciones más elevadas.
Por último, debemos pasar a la zaga. En esta zona, como en el