La impresión digital en 3D puede ser el futuro de la automoción. Sus beneficios son notables para la fabricación de piezas complicadas de una manera relativamente asequible, pero aún es una tecnología en un estado embrionario, lento y caro como para que su aplicación sea genérica.
Mientras se avanza en este campo de investigación, algunos están obsesionados con ello, y la prueba es el Czinger 21C, un superdeportivo híbrido creado casi íntegramente mediante impresión tridimensional que será presentado en el Salón de Ginebra. Pero ojo, porque no es nada nuevo.
La impresión digital como vía sostenible en la industria
Afincado actualmente en Los Angeles, Kevin Czinger lleva años presionando a través de su compañía Divergent 3D para introducir la impresión digital en el sector de la automoción. Ya en 2016 consiguió cerrar un acuerdo con el Grupo PSA para fabricar mediante este proceso algunos componentes para sus vehículos.
Antes incluso, en 2015, Czinger alumbó al Blade como primer concepto de coche superdeportivo con chasis impreso en aluminio en polvo combinado con fibra de carbono. De aquél coche se hereda hoy el Czinger 21C, un nuevo coche de altas prestaciones que será desvelado al mundo en el Salón de Ginebra.
El resultado es un deportivo muy particular, con un habitáculo para dos ocupantes en posición longitudinal (el pasajero va detrás del conductor) para reducir las dimensiones todo lo posible. Todo el conjunto se monta de nuevos sobre una mezcla de piezas realizadas en impresión 3D, carrocería de fibra de carbono y componentes añadidos que se unen para dar forma a esta bestia que, además, es híbrida.
El tren de potencia es una obra de fabricación propia y que por el sonido bien