La Federación Internacional de Automovilismo y Ferrari llegan a un acuerdo a tenor de la investigación de las unidades de potencia de los italianos. Dicho acuerdo implica la monitorización de los motores de la Fórmula 1 a lo largo de los próximos meses y años, además de trabajar mano a mano tanto la FIA como Ferrari sobre el futuro ecológico de la categoría, entre otros aspectos que quedan en privado.
Sorpendente, a la vez que lógico. La FIA, con esto, no sanciona a Ferrari en base al consumo de carburante y/o aceite. La polémica saltó en la pasada temporada, cuando varios equipos afirmaron que Ferrari tenía un mecanismo ilegal en su unidad de potencia. La especulación llevó a tres teorías, y la que más fuerza adquirió fue la medición del flujo del carburante en el sensor genérico, que proporciona la FIA a los equipos. Red Bull ya fue sancionado por un incidente con el caudalímetro en el Gran Premio de Australia de 2014, hecho que negó la presencia en el podio a Daniel Ricciardo en los resultados oficiales. Eso llevó a la Federación a tomar medidas y a implementar un sensor genérico a la unidad de potencia.
Movimiento curioso también por parte de Ferrari sobre el futuro. Esta década pasada ha quedado marcada por el dominio de Mercedes, y muchas voces especulan sobre si los de Brackley tenían o no datos sobre la era híbrida de antemano. Al trabajar Ferrari directamente con la FIA sobre carburantes y elementos para llevar a cabo la política de cero emisiones, siempre habrá una relación fuerte con la Federación y los italianos estarán en el frente de ataque.
Debido a que los test recién terminan, no se han emitido declaraciones por parte de los equipos. Lo que sí quedará en el fondo del maletín son los elementos acordados