Aparte de una tragedia sanitaria de proporciones mundiales, el coronavirus está suponiendo un reto económico e industrial. Ya hemos visto como muchas marcas de coches e incluso las autoescuelas están aportando su granito de arena cediendo sus vehículo para que los sanitarios puedan desplazarse, pero también están viéndose instadas a reconvertirse industrialmente.
McLaren, Jaguar Land Rover, Honda, Vauxhall, la rama de aviación de Rolls-Royce o Tesla están arrimando el hombro con nuevos procesos de fabricación para combatir el SARS-Cov2. Ford también se une a esta especie de economía de guerra tomando piezas de sus coches para crear equipamiento médico.
Ford aparca los coches y se alía con General Electric y 3M
El coronavirus de Wuhan nos está llevando por un maltrecho camino al que hasta ahora no nos habíamos enfrentado. Las medidas de confinamiento y las restricciones a la movilidad no son nada comparadas con el esfuerzo que están haciendo los sanitarios (y los camioneros, los dependientes de supermercado o cualquier otro profesional al servicio de la población estos días).
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Pero todos podemos aportar en esta guerra, y las grandes marcas de coches tienen la posibilidad de reconvertirse al menos temporalmente en productores de equipamientos de protección o soporte vital para que se sigan salvando vidas en los hospitales.
Así, Ford ha pasado a la acción, asociándose con General Electric Healthcare y 3M para combinar sus recursos y responder a la demanda de