La Mercedes-Benz EQV, la furgoneta que se erige en la versión eléctrica del Mercedes-Benz Clase V, ya se encuentra ultimando su puesta a punto antes de llegar al mercado en la segunda mitad del presente año, y lo hace en condiciones extremas con temperaturas de hasta 30 grados bajo cero.
El vehículo, al que la firma de la estrella califica de «movolumen premium», se sometió a un duro test en Arjeplog, un municipio ubicado en la Provincia de Norrbotten, al norte de Suecia y cerca del Círculo Polar Ártico, donde tuvo que lidiar con carreteras heladas y nevadas con gran espesor.
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La prueba estuvo supervisada por más de 30 ingenieros, expertos en electrónica y mecánicos de Mercedes-Benz Vans, y el objetivo era comprobar el comportamiento del sistema de arranque y la resistencia a baja temperatura de los componentes de la unidad de potencia, los elementos electrónicos, y la gestión térmica de todo el vehículo, a fin de extraer conclusiones sobre cómo afecta el frío extremo y el hielo a la conducción, la ergonomía y el confort a bordo.
Por supuesto, otro elemento esencial a examinar en dicho test era su batería de iones de litio, y concretamente analizar cómo responde el sistema de carga, que permite recuperar un 80 % de la carga de la batería en menos de 45 minutos con carga rápida a 110 kW.
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