¿Cómo funciona un motor bóxer? Seguro que esta pregunta ha rondado por tu cabeza más de una vez y es que el funcionamiento de este tipo de propulsores es algo diferente al resto. Antes de meternos en harina, es fundamental conocer ¿qué es un motor bóxer?
Un bóxer es un motor de combustión interna que cuyos pistones se encuentran colocados de forma horizontal en vez de vertical como estamos acostumbrados. Trabaja de forma horizontal, por lo que podemos decir que es un motor plano. ¿El motivo? Sus cilindros que están colocados en dos bancadas; uno a cada lado del cigüeñal.
A los motores que comparten un único cigüeñal se les denomina motores de 90º mientras que los que cuentan con un cigüeñal por bancada de pistones, pasan a llamarse motores de 180º. Es importante tener en cuenta que este tipo de propulsor no se debe confundir con los denominados ‘motores con cilindros en oposición’.
Karl Benz, ingeniero alemán, fue capaz de patentar su primer motor de combustión interna horizontal, bóxer, en 1896.
¿Qué tienen de especial los motores bóxer?
Además de tener una fama que les califica de complejos, es importante destacar que se trata de motores planos que son bastante más cortos que sus hermanos convencionales dispuestos en ‘V’. Cuentan con un menor centro de gravedad, lo que se puede llegar a traducir en una mejora de la estabilidad, evitando así los posibles ‘cabeceos’ de un motor convencional.
Este extra de equilibrio en los motores bóxer se debe a que cada impulso de un pistón está contrarrestado con el mismo movimiento del pistón del lado contrario, a diferencia de los motores convencionales diseñados en ‘V’.
Otra de las características de los motores bóxer es su sonido, solo hay que pensar en el Subaru Impreza para hacerse una idea. Este sonido diferenciador viene dado por la inexistencia de cobertura de los demás elementos del motor, si se compara con un motor convencional. Si todo esto se combina con su posición delante del eje trasero, da como resultado un vehículo con una conducción más neutra y con un centro de gravedad mucho más bajo.
Además de tener algunas ventajas, también cuenta con algunos inconvenientes como por ejemplo el precio. Este tipo de motores son algo más caros y es que hay que pensar que hay que ‘doblar’ el precio de la inversión ya que cuenta con dos culatas; una para cada fila de cilindros. También, los fabricantes tienen que invertir en lo que denominan ‘compensadores’ para evitar las posibles vibraciones. En cuanto al mantenimiento, los expertos aseguran que su lubricación es algo más cara ya que se deben utilizar mejores aceites.
Son muchos los automóviles que han pasado a la historia de la automoción por equipar un motor bóxer, quizás los más famosos son algunos Subaru o los Porsche pero marcas como Citroën, Volkswagen, Lancia o Ferrari también los ha llegado a equipar en algunos de sus modelos más míticos. Algunas fuentes aseguran que este tipo de motores ha adquirido el nombre de bóxer del propio movimiento horizontal de los pistones que puede llegar a semejarse a los movimientos que realizan los boxeadores en el ring.