BMW se ha fijado 2025 y 2030 como objetivos para brillar en la esfera de los coches eléctricos. El fabricante bávaro calcula que para 2025 necesitará siete veces más litio del que usa actualmente, y se ha asegurado el suministro con la compañía china Ganfeng Lithium.
Además ha inaugurado el Centro de Competencia de Alta Tecnología de Múnich, en el que trabaja para duplicar en 2030 la densidad de energía de las celdas de la batería, lo que implica mayor autonomía para los coches eléctricos.
La química de las celdas, un factor decisivo
En este centro de Múnich se da forma a futuras generaciones de celdas de batería, poniendo en foco en los puntos clave: mejora de la densidad energética, rendimiento, vida útil, seguridad, características de carga y el rendimiento a diferentes temperaturas, así como la reducción de los costes de las baterías.
Para conseguirlo, los investigadores desarrollan nuevos conjuntos de materiales para los elementos individuales de las celdas de la batería: el ánodo, el cátodo, el electrolito y el separador.
En este sentido, hemos visto avances recientes en cuanto a la química de las celdas: litio-azufre, plata-carbono, materiales en capas ricos en níquel, y en general van ganando cada vez más peso aquellas libres de cobalto y litio.
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