Lo primero de todo, pido disculpas por el titular. Es largo, altamente informativo y deja poco margen de dudas a cerca del contenido que en este artículo recojo, pero es que, la historia en sí del niño de 5 años al que la policía de Utah detuvo mientras conducía el coche robado de su madre porque quería comprarse un Lamborghini en California con un presupuesto de 2 dólares, crece. Como mi titular.
Sea como fuere, estamos ante un posible serial digno de aparecer uno de los canales donde los ‘reality’ y programas que graban y emiten la vida y milagros de gente anónima o popular, llena el entretenimiento televisivo.
Incluso, por qué no, con dos capítulos abiertos en la historia de Adrian Zamarripa, el protagonista de los dos artículos y, desde entonces, el héroe del patio de su colegio, el niño más admirado de la zona de juegos que frecuenta, una nueva estrella, es factible que ya haya alguna productora interesada en apoyar una miniserie sobre el niño que tenía un gran sueño y nada iba a impedirselo… hasta que un patrullero le detuvo conduciendo el coche de su madre.
Y es que, ojo con el poder de los sueños. Ojo con el tesón. Ojo a la configuración de un plan maestro llevado a cabo por un infante de 5 años cuyo objetivo es el de muchos otros pero que muy pocos pueden conseguir. Claro, que no con un presupuesto tan limitado.
Ya lo proclamó Martin Luther King: ‘I have a dream’
Algo que, salvando las distancias, sí que ha logrado cumplir Jeremy Neves, el propietario de un espectacular Lamborghini Huracán que se enteró del suceso y un buen puñado de usuarios de otros vehículos de la marca ya que, según la familia Zamarripa, no ha sido el único buen samaritano que se ha interesado y ofrecido a Adrián cumplir su sueño. Algo que ha quedado inmortalizado para el recuerdo y difundido por los noticiarios de Utah.
Y aunque es cierto que Neves no le ha cedido la propiedad del coche, sí le ha concedido la posibilidad de sentarse en el asiento del conductor pero no para conducir el Lamborghini Huracán, sino para hacerse unas cuantas fotos de recuerdo.
Además, dado que el menor, como es obvio, carece de permiso de conducir, el propio Jeremy ha hecho de chófer de su invitado y le ha dado la brindado la oportunidad de viajar dentro de un Lamborghini por primera vez en la vida del pequeño y sin tener que gastar los 2 dólares que Adrián tenía presupuestado para la compra del coche de sus sueños que seguro guardará en una caja fuerte o ingresará en un fondo de inversiones que le permita ahorrar para comprarse su propio Lambo.
Una bonita y entrañable historia que, de momento, cierra aquí su último episodio, lo que no sabemos es cuándo será emitido el siguiente, si con el niño consiguiendo su permiso de conducir o con el propio Adrián yendo al concesionario californiano a recoger su Lamborghini… esperemos que con algo más de 2 dólares en la cartera.
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